España, el tercer socio comercial de Gadafi

España depende, en un 10% de Libia para asegurar nuestro voraz consumo de petróleo. Quizá por eso el Sr. Borbón, actual jefe del estado, nunca ha tenido ningún pudor a la hora de hacerse fotos, estrechar manos y reir gracias de un personaje tan siniestro como Gadafi. Seguro que la defensa de los buenos negocios que sus amigos de REPSOL, ABENGOA o SACYR, hacen en Libia, influyen en la amistad que (hasta ayer) unía al Sr. Borbón con el Sr. Gadafi.

Las grandes multinacionales españolas han ganado mucho dinero haciendo negocios con los dictadores del Magreb. Habrá quien defienda que el interés económico de las grandes empresas españolas es más importante que la defensa de los derechos humanos (a la vida, a no ser torturado, en fin, esas cosas) de nuestros vecinos de Marruecos, Egipto o Libia... no estoy entre ellos, desde luego.

Lo peor es que no sabemos casi nada de las relaciones reales de España con estos estados. Esas relaciones se sustentan sobre conversaciones de alto nivel que tuvieron lugar en los encuentros bilaterales entre el Sr. Borbón y los dictadores en cuestión. En un país normal, en un país democrático, se sometería a debate en el Parlamento la naturaleza de nuestras relaciones exteriores, y el máximo responsable de las mismas comparecería para dar explicaciones de fotos como estas en momentos como estos... en España es imposible.

No podemos conocer la naturaleza de las conversaciones, tratos, acuerdos, compromisos que adopta nuestro jefe del estado con sus homólogos de otros países. Ni siquiera cuando estos otros países son, a su vez, tan poco democráticos, que también, por ese otro lado, la información está bloqueada. No existe ningún mecanismo de control que permita a un parlamentario obtener explicaciones del personaje que aparece abrazado a Gadafi o Mubarak en estas fotos.

Los españoles podemos estar tranquilos. Seguimos protegidos por este incuestionable defensor de los derechos humanos. Lo malo es que no podamos dar explicaciones a las miles de víctimas que han asesinado nuestros socios del Magreb. Ellos están muertos. Nuestra conciencia, como pueblo, también.

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