Sí. Una coalición para que todo cambie.

Yo voto sí a la propuesta de negociación de una coalición para que todo cambie. Es la hora, se llama el portal para el voto telemático de IU. Y sí. Desde luego, es la hora. Y es, además, la obligación de unos y de otros.

Escucho y leo a compañeros sobre el referéndum desde el punto de vista de la táctica política: lo que conviene a IU, el cálculo electoral, el papel de las direcciones... y son todas cuestiones interesantes, pero irrelevantes ante el momento que estamos viviendo.

Es la hora, porque los próximos cuatro años serán determinantes para las condiciones de vida material de la clase trabajadora. Sólo la cuestión de la negociación y entrada en vigor (o derrota) del tratado de libre comercio, justifica de por sí esta medida de emergencia que supone constituir una opción unitaria de la izquierda de cara a ganar las elecciones y frenar al capital. Y sólo una candidatura unitaria construida en torno a la coalición IU-podemos puede lograrlo, ya que el PSOE español mantiene, a diferencia de sus homólogos europeos, una posición totalmente acrítica con este proyecto estratégico de la oligarquía.

Hay que parar el TTIP por la salud de nuestros alimentos, por la protección de millones de puestos de trabajo y para garantizar nuestros servicios públicos. Para que nuestros hijos no tengan que firmar su primera hipoteca a los 18 años para pagarse unas tasas universitarias de 9.000 Euros anuales, como ya ocurre en Reino Unido.

El TTIP, la legislación laboral, el gasto público y la justicia fiscal, la persecución de la corrupción, blindar los servicios públicos y conseguir una ley electoral justa. ¿Parece poco? Este tipo de medidas son las que se están negociando en Madrid para un programa común. Son medidas absolutamente de mínimos, pero tan imprescindibles para la clase trabajadora como imposibles de conseguir si Pedro Sánchez, Albert Rivera o Mariano Rajoy son Presidentes este verano.

No se trata del interés corporativo de IU o de podemos. Se trata de formar una coalición, como una coraza entre el capital transnacional y la clase trabajadora. Es nuestra obligación ética y política. Una coraza que libere un espacio y un tiempo en el que podamos empezar a construir lo nuevo.

Ya apunté hace una semana: "Candidatura Unitaria Sí y Cómo" las condiciones que, en mi opinión, deben darse para ese proyecto. Con mayor o menor éxito, ese es el marco en el que se está formando el acuerdo. Ahora la militancia (como siempre debe ser) decidimos en referéndum. Y habrá quien piense en clave territorial, cortoplacista o táctica. Yo prefiero pensar desde el punto de vista de qué fue lo que hice con mi voto en mayo del 2016, cuando todo estaba en juego y existía la posibilidad (con todas sus contradicciones) de formar una coalición para que todo cambie.

Es la hora.


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