¿Quién gana cuando gana la banca?

La resolución del Supremo perdona la banca el pago del impuesto por actos jurídicos documentados (las hipotecas) y la carga sobre los clientes, pese a que el propio supremo había sentenciado que correspondía pagarlo a los bancos.

La razón esgrimida es la presunta inestabilidad en el propio sistema bancario que podría acarrear el tener que hacer frente al pago de esos impuestos que injustamente (decía el supremo) se cargó sobre las familias que contrataron una hipoteca en los últimos 4 años. Esa inestabilidad pondría en riesgo, supuestamente, al sistema bancario y por tanto a la economía en su conjunto, el empleo, etc.

Es mentira. En primer lugar, los beneficios de la banca en el pasado año 2017 alcanzaron 13.700 millones de Euros y este año 2018 se prevé que se acerquen a los 16.000 millones. Frente a esa mareante magnitud, el impuesto representa unos 4.000 millones de Euros, según algunas estimaciones. Es decir, que no estamos hablando de pérdidas, sino de reducción de beneficios. Que tan sólo estamos hablando de uno de cada cuatro euros de los beneficios que la banca tiene previsto obtener este año. Seguirían ganando 12.000 millones ¿Esto pone en riesgo el sistema? Además, con voluntad política, se podría haber regulado el impacto con un plan de devoluciones escalonado en varios años, amortiguando el efecto sobre la rentabilidad para los inversores.

Se dice también que estas "pérdidas" para los accionistas, que ya hemos visto que no son tales, afectan a los españoles que somos en definitiva los dueños de los bancos a través de las acciones "que están muy distribuidas". Es mentira: la carga de ese impuesto se le está perdonando a un puñado de millonarios en su gran mayoría extranjeros. En primer lugar, en España, sólo un 10% de la población invierte en bolsa. El 10% más rico,  en su mayoría coincidente con ese 10% que según el INE tiene un patrimonio superior a los 500.000 €. En segundo lugar, la propiedad de los bancos está muy concentrada. El 62% del Santander está en manos de 865 personas. Si llevamos ese porcentaje al 70% en el caso del BBVA son sólo 6.500 personas las propietarias. 


Pero es que, para colmo, el 85% de esos propietarios en el caso del BBVA y el 95% en el caso del Santander, ni siquiera son españoles, ya que esos son los porcentajes de propiedad de esos bancos que están en manos de inversionistas extranjeros. En resumen, que las familias hipotecadas españolas le hemos pagado 4.000 millones en impuestos a los millonarios inversionistas extranjeros que son dueños de nuestros bancos, pese a que una sentencia judicial -ahora contradicha- dictaminó que debían pagarlo ellos.

Se trata tan solo del enésimo trato de favor al sector bancario en España. El mismo al que se le ha permitido desahuciar a 236.000 familias de su primera residencia en los últimos 10 años. El mismo al que se han cobrado cero impuestos de sociedades en esos mismos años por los 84.000 millones de euros que han ganado a nuestra costa.
¿Qué es lo que ha pasado? Símplemente que se han puesto en evidencia una vez más los poderes reales de esta democracia de baja intensidad. Que un poder fáctico, el capital bancario, ha demostrado estar por encima de un poder del estado, el judicial. Lo dijo hace poco Maroto: "los golpes de estado ya no se dan con tanques" Es verdad. Ahora se dan por teléfono y este ha sido un minigolpe en el que los banqueros en un par de semanas de presiones, han puesto de rodillas a nuestras débiles instituciones.

Todo un catálogo de argumentos a favor de un proceso constituyente que ponga en orden los poderes de esta devaluada democracia. Mientras tanto, tenemos una cita este fin de semana ante las sedes judiciales. No faltes a la tuya. Te están robando.


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